En 1852, en Santiago de los Caballeros, comienza a escribirse la historia del primer Ron Dominicano, durante los albores de la lucha Independentista, de la mano de un emigrante venezolano y farmacéutico; Don Erasmo Bermúdez que crea una bebida conocida como el “Amargo Panacea”.
El “Amargo Panacea” tenía una considerable graduación alcohólica para el uso medicinal por lo que en poco tiempo comienza a consumirse como aperitivo dando paso al desarrollo del arte de crear un Ron cuidado e instaurar la más antigua fábrica de licores del país e Hispanoamérica: “La Sin Rival”.
En 1852, en Santiago de los Caballeros, comienza a escribirse la historia del primer Ron Dominicano, durante los albores de la lucha Independentista, de la mano de un emigrante venezolano y farmacéutico; Don Erasmo Bermúdez que crea una bebida conocida como el “Amargo Panacea”.
El “Amargo Panacea” tenía una considerable graduación alcohólica para el uso medicinal por lo que en poco tiempo comienza a consumirse como aperitivo dando paso al desarrollo del arte de crear un Ron cuidado e instaurar la más antigua fábrica de licores del país e Hispanoamérica: “La Sin Rival”.
En 1852, en Santiago de los Caballeros, comienza a escribirse la historia del primer Ron Dominicano, durante los albores de la lucha Independentista, de la mano de un emigrante venezolano y farmacéutico; Don Erasmo Bermúdez que crea una bebida conocida como el “Amargo Panacea”.
El “Amargo Panacea” tenía una considerable graduación alcohólica para el uso medicinal por lo que en poco tiempo comienza a consumirse como aperitivo dando paso al desarrollo del arte de crear un Ron cuidado e instaurar la más antigua fábrica de licores del país e Hispanoamérica: “La Sin Rival”.
Los obstáculos siempre forman parte de las historias de éxito y la nuestra no es la excepción. Un devastador incendio ocurrido en Santiago, provocado por la guerra de la restauración, arrasó con la ciudad Corazón y con ella también ardieron las instalaciones de la fábrica “La Sin Rival” de Erasmo Bermúdez.
Pero el espíritu de lucha y resiliencia que acompaña nuestra estirpe nos hizo renacer de las cenizas, y fruto de las reclamaciones pertinentes, logramos la indemnización por parte de los españoles para resarcir los daños sufridos, que una vez restaurados marcaron una nueva etapa para la licorera y “Botica”.
Los obstáculos siempre forman parte de las historias de éxito y la nuestra no es la excepción. Un devastador incendio ocurrido en Santiago, provocado por la guerra de la restauración, arrasó con la ciudad Corazón y con ella también ardieron las instalaciones de la fábrica “La Sin Rival” de Erasmo Bermúdez.
Pero el espíritu de lucha y resiliencia que acompaña nuestra estirpe nos hizo renacer de las cenizas, y fruto de las reclamaciones pertinentes, logramos la indemnización por parte de los españoles para resarcir los daños sufridos, que una vez restaurados marcaron una nueva etapa para la licorera y “Botica”.
Los obstáculos siempre forman parte de las historias de éxito y la nuestra no es la excepción. Un devastador incendio ocurrido en Santiago, provocado por la guerra de la restauración, arrasó con la ciudad Corazón y con ella también ardieron las instalaciones de la fábrica “La Sin Rival” de Erasmo Bermúdez.
Pero el espíritu de lucha y resiliencia que acompaña nuestra estirpe nos hizo renacer de las cenizas, y fruto de las reclamaciones pertinentes, logramos la indemnización por parte de los españoles para resarcir los daños sufridos, que una vez restaurados marcaron una nueva etapa para la licorera y “Botica”.
La tradición que comenzó en 1852 siguió de la mano de José Armando Bermúdez Rochet, hijo de Erasmo, quien con visión holística, gran determinación y profundo esfuerzo crea la fórmula de un Ron refinado, agradable al paladar y único en el mundo: la fórmula del Ron Dominicano.
Años más tarde José Armando compra a su padre el nombre de “La Sin Rival Fábrica de Licores”, sentando las bases que convertirían al Ron dominicano en una industria nacional con colocación en los mercados internacionales.
La tradición que comenzó en 1852 siguió de la mano de José Armando Bermúdez Rochet, hijo de Erasmo, quien con visión holística, gran determinación y profundo esfuerzo crea la fórmula de un Ron refinado, agradable al paladar y único en el mundo: la fórmula del Ron Dominicano.
Años más tarde José Armando compra a su padre el nombre de “La Sin Rival Fábrica de Licores”, sentando las bases que convertirían al Ron dominicano en una industria nacional con colocación en los mercados internacionales.
La tradición que comenzó en 1852 siguió de la mano de José Armando Bermúdez Rochet, hijo de Erasmo, quien con visión holística, gran determinación y profundo esfuerzo crea la fórmula de un Ron refinado, agradable al paladar y único en el mundo: la fórmula del Ron Dominicano.
Años más tarde José Armando compra a su padre el nombre de “La Sin Rival Fábrica de Licores”, sentando las bases que convertirían al Ron dominicano en una industria nacional con colocación en los mercados internacionales.
La búsqueda constante por alcanzar la perfección y la expansión hacia nuevos horizontes, fue asumida con mucha seriedad por Domingo O. Bermúdez Ramos, hijo de José Armando Bermúdez, quien al ocupar la administración de la empresa se convirtió en la bujía que nos dio el carácter de institución nacional y a la vez diseñó las estrategias que nos catapultaron.
Ese espíritu innovador, de búsqueda de nuevos caminos llevó a Domingo Bermúdez, a modernizar nuestras instalaciones con las mejores tecnologías.
La búsqueda constante por alcanzar la perfección y la expansión hacia nuevos horizontes, fue asumida con mucha seriedad por Domingo O. Bermúdez Ramos, hijo de José Armando Bermúdez, quien al ocupar la administración de la empresa se convirtió en la bujía que nos dio el carácter de institución nacional y a la vez diseñó las estrategias que nos catapultaron.
Ese espíritu innovador, de búsqueda de nuevos caminos llevó a Domingo Bermúdez, a modernizar nuestras instalaciones con las mejores tecnologías.
La búsqueda constante por alcanzar la perfección y la expansión hacia nuevos horizontes, fue asumida con mucha seriedad por Domingo O. Bermúdez Ramos, hijo de José Armando Bermúdez, quien al ocupar la administración de la empresa se convirtió en la bujía que nos dio el carácter de institución nacional y a la vez diseñó las estrategias que nos catapultaron.
Ese espíritu innovador, de búsqueda de nuevos caminos llevó a Domingo Bermúdez, a modernizar nuestras instalaciones con las mejores tecnologías.
Para ese entonces, la empresa ya producía sus famosos rones “Cidra”, “El Toro” y “Palo viejo”, a los que siguieron “Bermúdez Dorado”, “Bermúdez Blanco”, “Añejo” y “Don Armando”, los cuales han sido sinónimo de merengue, fiesta y alegría; acompañando a nuestra gente en los momentos más sublimes.
Para ese entonces, la empresa ya producía sus famosos rones “Cidra”, “El Toro” y “Palo viejo”, a los que siguieron “Bermúdez Dorado”, “Bermúdez Blanco”, “Añejo” y “Don Armando”, los cuales han sido sinónimo de merengue, fiesta y alegría; acompañando a nuestra gente en los momentos más sublimes.
La dedicación en el arte de destilar y los años de experiencia rindieron sus frutos. La empresa J. Armando Bermúdez & Co, S. A. bajo los mismos principios industriales, comerciales y de servicio legados por sus fundadores, se ha convertido en un ente que participa en la vida nacional de forma activa, patrocinando y promoviendo el deporte, la música, el medio ambiente, la economía y la educación. Asumiendo con pasión y compromiso la confianza dada por el pueblo que convirtió a Ron Bermúdez en un orgullo nacional.
La dedicación en el arte de destilar y los años de experiencia rindieron sus frutos. La empresa J. Armando Bermúdez & Co, S. A. bajo los mismos principios industriales, comerciales y de servicio legados por sus fundadores, se ha convertido en un ente que participa en la vida nacional de forma activa, patrocinando y promoviendo el deporte, la música, el medio ambiente, la economía y la educación. Asumiendo con pasión y compromiso la confianza dada por el pueblo que convirtió a Ron Bermúdez en un orgullo nacional.
Esta es la historia que rodea al primer Ron Dominicano, una historia que se confunde con la esencia misma de la dominicanidad. Como dice la canción: “Este es mi país, esta es su gente, su Ron es Bermúdez, su ritmo el merengue”.
Esta es la historia que rodea al primer Ron Dominicano, una historia que se confunde con la esencia misma de la dominicanidad. Como dice la canción: “Este es mi país, esta es su gente, su Ron es Bermúdez, su ritmo el merengue”.
Esta es la historia que rodea al primer Ron Dominicano, una historia que se confunde con la esencia misma de la dominicanidad. Como dice la canción: “Este es mi país, esta es su gente, su Ron es Bermúdez, su ritmo el merengue”.
Esta es la historia que rodea al primer Ron Dominicano, una historia que se confunde con la esencia misma de la dominicanidad. Como dice la canción: “Este es mi país, esta es su gente, su Ron es Bermúdez, su ritmo el merengue”.
La cuarta, quinta y sexta generación, respectivamente, asumieron los destinos de una industria que se lleva en la sangre, que está grabada en el corazón y preferencia de los dominicanos con tinta indeleble; quienes han seguido con la misma entrega, dedicación y amor compartiendo la pasión por el arte de crear un exquisito y bien cuidado Ron para la República Dominicana y el mundo.
Esta es la historia que rodea al primer Ron Dominicano, una historia que se confunde con la esencia misma de la dominicanidad. Como dice la canción: “Este es mi país, esta es su gente, su Ron es Bermúdez, su ritmo el merengue”.
La cuarta, quinta y sexta generación, respectivamente, asumieron los destinos de una industria que se lleva en la sangre, que está grabada en el corazón y preferencia de los dominicanos con tinta indeleble; quienes han seguido con la misma entrega, dedicación y amor compartiendo la pasión por el arte de crear un exquisito y bien cuidado Ron para la República Dominicana y el mundo.
Esta es la historia que rodea al primer Ron Dominicano, una historia que se confunde con la esencia misma de la dominicanidad. Como dice la canción: “Este es mi país, esta es su gente, su Ron es Bermúdez, su ritmo el merengue”.